martes, 7 de enero de 2014


RECUPERACIÓN DE ESPECIES EXTINTAS.

La desextinción de estos animales, de los que ya no quedan ejemplares vivos, plantea importantes problemas tecnológicos, legales, prácticos e incluso éticos. 

Se proponen tres métodos: 

El primero es la clonación (Se intentó en España con el bucardo, con éxito relativo).
Clonar un individuo no recupera una especie. Sería hacer fotocopias de un individuo, sin capacidad de perpetuación de la especie. Hace falta material genético de muchos individuos distintos, para que puedan tener descendencia viable y variabilidad genética. La falta de intercambio genético da lugar a mutaciones y malformaciones dentro de una popblación reducida.


Otro método es rebobinar su evolución artificialmente. Cruzando individuos actuales para obtener el ancestro (Como el programa Tauros, en el que se busca obtener el uro (ancestro desaparecido en el S. XVII), mediante el cruzamiento de toros (descendiente actual).
Sin embargo, los animales obtenidos no serían los mismos que una vez se extinguieron. En sentido estricto, serían más bien híbridos entre las especies desaparecidas y las actuales, usadas como lienzo para dibujar un animal casi idéntico al que se busca resucitar.


Por último, está la ingeniería genética, que es la fórmula que más margen de maniobra ofrece. De momento, no ha habido ningún éxito.

Se use la técnica que se use, para recuperar una especie entera se necesitan varios ejemplares diferentes, o de lo contrario solo se conseguirían objetos de coleccionista con escasas probabilidades de tener una descendencia viable.
¿sería posible recrear con exactitud la circunstancia, el ecosistema, de sus predecesores extintos?

Otro problema es el problema ético. ¿seria adecuado resucitar ciertas especies? ¿que ocurriría si soltásemos tigres dientes de sable en Norteamérica ? Los nichos ecológicos han sido ocupados por especies distintas, el resultado no sería el mismo que el de aquella época cuando aún existían.
Sin embargo,  se podría considerar éticamente correcto resucitar al bucardo, o al lobo de tasmania, ya que son especies extintas hace relativamente poco, y la causa de desaparición fue el hombre.

El problema político se basa sobre todo en al enorme gasto económico que supondría. Para recuperar todos los ecosistemas amenazados, harían falta más de 60.000 millones al año. Sin embargo, ¿permitiremos que ciertas especies no vuelvan a pisar la superficie de la tierra por una cuestión económica? 

Además, hay riesgos referentes a la salud. Un animal extinto puede ser portador de retrovirus que no sabemos como afectaria a toda la poblacion humana

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